En Medianera, Ávalos Blacha construye, a partir de cinco relatos breves, un universo distópico que resulta horroroso por lo cercano.
Empresas de telecomunicaciones que gobiernan, vecinos que hacen de sus casas cárceles a lo AirBnB y mucha deshumanización y violencia. Estos son, para mí, los condimentos principales que hacen a esta pequeña pero avasallante obra.
Como entusiasta de las distopías, el mundo creado me parece fascinante, me despierta inquietudes y muchas preguntas. Todos los relatos, aunque algunos me gustaron más que otros, comparten una cadencia y trama intensas y agresivas -que no se muy bien en qué, pero en algo quizás relacionado a lo barrial, al furor, la velocidad y el exabrupto, me llevaron a Permiso para quererte-. Con finales situados en distintos puntos del espectro entre lo obvio y lo inesperado, estos ¿capítulos? ¿cuentos? me dejaron con una sensación de desesperación frente a la violencia y el ensimismamiento pero, sobre todo, queriendo más: más trama, más respuesta, más mundo, más.
A pesar de que disfruto de lecturas como esta, que producen malestar y alteran, entiendo que no es algo para todo el mundo. Por esto, recomiendo este libro particularmente a amantes de la distopía y de los relatos extraños y/o violentos.