¡Que viaje este libro!
El fuego entre nosotras definitivamente es una experiencia. En su totalidad, parecería una perfo del tipo de artistas que me simpatizan pero tengo dificultades para comprender. La verdad es que la intersección de algunos elementos -lo queer, lo errático y el setting en un hotel de Bariloche- me llevó a disfrutar la mayor parte de esta lectura. Rosseti me intrigó y divirtió, incluso a pesar del avasallamiento del sinsentido que, en otras ocasiones prosas, tanto me aleja.
De todos modos, considero que es un libro para un público reducido; uno sin miedo a plots cuasidelirantes, escenas lesboeróticas bizarras y finales que no convencen ni terminan de cerrar.
Para mí, el fuerte de esta novela es su primer tercio, los inicios del personaje de Valeria y su relación con María. Luego, esta historia se vuelve un poco un atropello de eventos super extraños y perspectivas alternadas que entretienen sólo si una aprecia y se aferra a lo bizarro, la crítica el snobismo del universo del arte y lo gay.