4.5
¿Qué agregar sobre Un mundo feliz? No resta más que la redundancia al momento de referirse a un clásico de esta talla.
Por lo tanto, me limito a breves palabras de aliento para quienes estén esperando el empujoncito restante para acercarse a esta obra literaria: si llegaste a leer esto, es momento de que elijas la aventura de leer a Huxley.
Este autor logra, en 1932, expandir ideas que rebozan de vigencia casi 100 años después. En el marco de una distopía (si no es la distopía), aparecen preguntas sobre la ciencia, la paz, la felicidad y la culpa. Su relectura, luego de diez años, me encuentra. En otra etapa de mi vida, con otra avidez y experiencias sobre mis hombros pero logra encontrarme; con reflexiones sobre el lenguaje, sobre el dolor y con mucha repregunta, me encuentra.
A veces, embarcarse en la lectura de un clásico puede desafiar nuestro vocabulario y nuestra paciencia. Pero creo que el desafío es un ejercicio que, en tanto (con)mueve, se amerita.