Por recomendaciones varias, yo sabía que Catedrales me iba a gustar. Pero más que gustarme, me sorprendió.
Como en Elena sabe, en esta historia el misterio de la muerte de una joven es tan solo la excusa para eregir un dispositivo narrativo que de ninguna manera puede reducirse o limitarse al género policial.
Esta novela no busca sorprender con giros inesperados en la trama ni siendo impredecible. Sin embargo, deslumbra con la belleza y el cuidado de la pluma de Piñeiro, con las discusiones políticas y complejas que siembra sobre la religión, la muerte, el amor y la búsqueda de la verdad y, sobre todo, con la construcción extremadamente sólida de personajes con voces diferenciadas y "equipajes" tan complicados como articulados.
Esta novela es espectacular, te atrapa y te conmueve. Lo mejor que leí de la autora hasta ahora.
Sin más, se la recomiendo a todo el mundo. Si están leyendo esto, me ofende y no sé que hacen que no están leyendo Catedrales antes.